jueves, 30 de marzo de 2017

El Bar (2017)


Hace ya unos años y unas películas en los que Álex de la Iglesia, al que le debemos films impagables como El Día de la bestia o La comunidad, repite por decirlo así, un cuadro parecido en cada nueva película que hace cambiando el entorno y la situación. Aquí un grupo de gente, cada uno con un toque algo peculiar, y donde no faltan sus personajes frikis, se ven atrapados en un bar de la plaza castiza de Los Mostenses en Madrid, con el agravante de que todo aquel que intenta salir de él, es disparado a quemarropa por tiradores invisibles. Allí dentro del bar se formará una convivencia forzada, algo esperpéntica y sobre todo llena de angustia.


Pero ante todo, la primera parte de la película, que es la mejor, nos muestra una serie de situaciones que se generan entre los personajes, donde salen a relucir las miserias de cada uno de ellos, un mendigo cachas y bebedor, Israel (Jaime Ordoñez) al que la gente mira siempre mal por su aspecto, una ludópata Trini (Carmen Machi) que sólo pide cambio en barra para gastarlo luego todo en la máquina tragaperras, un tipo argentino Sergio (Alejandro Awada) que vende lencería de mujer y la lleva en la cartera, la niña mona y pija de turno, Elena (Bellísima Blanca Suárez), un hipster enganchado al móvil, Nacho (Mario Casas), un ex-policía Andrés (Joaquín Climent) y la dueña del local Amparo (Terele Pávez) y su camarero Sátur (Secun de La Rosa).


La película va degenerando, y en ese proceso todos los personajes se van encontrando ante situaciones límite, ante las cuales reaccionan a su manera cuando el miedo se apodera de ellos. Miedo, egoísmo e hipocresía salen a la luz de una manera brillante por parte del director, y desde luego todo ello salpicado por sus habituales gags humorísticos, que tan bien ha sabido llevar siempre, y que sin duda hace más llevadera toda la trama, y la relación entre los personajes, que también se van deteriorando, como el film.
Sin duda que hay actores que están soberbios, Carmen Machi, Mario Casas (con éste director lo borda), Joaquín Climent y Secun de La Rosa, por ejemplo.


Es una pena, y me pasa en las últimas películas de este gran director, que el film desbarra en su segunda parte, donde está desarrollado en las catacumbas y galerías subterráneas de la ciudad, el esperpento es ya demasiado palpable, el guión sufre ya que hay aspectos no aclarados del todo y donde al director se le va de las manos, incluso pareciendo en el tramo final, una película del montón, por lo que te queda una sensación rara, cuando habías estado disfrutando de lo lindo en la primera parte. Se pide un poco más de explicación de lo que sucede en el bar, y esa parte final de oscuridad y vida subterránea tendría más sentido.


Os dejo con el tráiler de El Bar.

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